12/3/08

El error no es de Horowitz


Vladimir Horowitz (1903-1989) fue considerado uno de los más grandes pianistas del siglo XX.

Podría hablar de su rara técnica para tocar el piano: vean sus manos extendidas. Ningún conservatorio ni maestro permitiría esa posición.

Pero lo que quiero comentar es lo que hacía su esposa Wanda, hija de Toscanini, mientras Horowitz ensayaba en casa.
Ella se sentaba en el sillón de la habitación contigua a la que estaban Horowitz y su piano, cerraba los ojos y se dejaba llevar.
Lejos de amonestarlo cuando cometía un infrecuentísimo error (era brava, Wanda, hija de Toscanini), callaba y sonreía con cierta incomprensible gratitud.

Luego de reflexionar sobre esta inexplicable sonrisa giocondesca, supongo que su alegría se debía a que el error le daba humanidad a la obra, no a Horowitz.

Disfruten de la Polonesa de Chopin, Op. 53 en La b.

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