6/4/10

El beatle soviético que se exilió en Blogoslavia

Ocurre cada tanto.
La arquitectura del universo nos es desconocida.
Apenas algunos visos de esa intrincada máquina dejan advertirse; sea por descuido divino o quizás todo lo contrario: Él quiere que sepamos "por casualidad" lo mínimo de sus maravillas para que no perdamos la fe (zanahoria diabólica); yo no me suscribo a ninguna de estas actitudes histéricas.
Dentro de esos ladrillos fundacionales podríamos citar a las proporciones áureas, la secuencia de Fibonacci, los ravioles de pollo y verdura de "La Sarita", la aparición de superhombres nieztscheanos a lo largo de la historia humana, y éste es el caso que nos ocupará hoy.
Parece que de vez en cuando a Dios le vienen las ganas o simplemente le toca en su recorrido pasar por este mísero planeta y en un derroche de sus dones le pone huevo y así ocurren Moisés, Cristo, Buda, Mahoma, San Martín, Ronald Mc Donald y Perón; en el mundo de la música derramó su magia sobre Bach, Mozart, Beethoven y nuestro famosísimo y hoy olvidado para siempre John Lennin, el beatle soviético.

John Lennin (Ivan Fiodor Lennin, 1843-?), pariente lejano del prócer socialista Lenin, con una sola "n" y a secas, (vivió su infancia entre la humedad y el hollín de los docks de Vladivostok, a más de 9000 km de Moscú) al que escribió en vano muchas cartas pidiendo trabajo en el gobierno. Al no recibir respuesta, salvo una multa de 500 rublos por supuestas actitudes antirrevolucionarias, decidió dedicarse a la música. Su estilo irreverente y de vanguardia producía las reacciones más diversas en la audiencia, fundamentalmente el deseo de lincharlo. Incomprendido, tuvo que padecer las peores vicisitudes hasta que zarpó un mediodía helado en un buque a Gran Bretaña. Fue víctima de la persecución deportiva del regimiento de húsares nº 24, bravos soldados no informados de la revolución bolchevique y que aún hoy deriva por la estepa rusa jurando fidelidad incondicional al Zar y a la casa Smirnoff.

Ya en Liverpool, John se puso a cantar en los bares por unos peniques y cerveza hasta que un día entraron por la puerta tres muchachos desgarbados y mal alimentados que le dijeron eran De Bidduls (fonética de the Beatles, eso le dijeron) y que si quería cantar con ellos y les dijo que sí y no fueron famosos nunca.

Abrumado por el fracaso, aunque componía lindas canciones y cantaba muy bien, fue a la escollera a quitarse la vida. Estaba por tirar al frío mar la piedra atada al cuello cuando un buque de bandera blogoslava hizo sonar sus bocinas en tercera menor disminuida y de inmediato a John Lennin se le iluminó quien sabe qué y compuso más canciones que según la crítica eran de "puta madre" (sic). Pero como John Lennin era bastante resentido y apóstata le dijo minga a las discográficas y en agradecimiento se tomó el buque a Blogoslavia donde fracasó terriblemente -nadie entiende otro idioma que no sea el blogoslavo y a John no le da el bocho para aprenderlo, menos de grande- y ahora limpia los baños de la estación central por nesquicks fríos y 5 chochis diarios (1chochi = 20 Euro, se fue al demonio el chochi).



Sin embargo, ¡qué lindas eran sus canciones!

5 comentarios:

pingo star dijo...

No nos olvidemos de su paso por Le moulin rouge donde trabajó como copera y debido a su sobrepeso lo llamaba Le Chón Lennin.

El Burgués Apóstata dijo...

paul macgarchey dijo en una reciente entrevista al respecto: "uh, ah, yeah yeah, qué crazy years, loco, fierita, cómo pegaba el fuel oil de los docks del puerto de Leberwursthafen..., uh, ah, yeye"

giorgio enricofilos dijo...

Uè, conmigo tocaba tarantelle della Ostia, ueueueee paisano!!!

Tufí Memé dijo...

Loco Orozco, la oveja negra de la familia no citada por León Gieco en su recordada obra era fanático del, para él, verdadero John (Lennon). Refiriéndose al ruso sentenció categóricamente: John, trolo del orto, probo todos los trozos, bocón, robó como pocos.

El Burgués Apóstata dijo...

os vordod, onótol os nogorlo: john lonon ora ro-poto.