11/12/07

No hay que tirar los puchos a la casa de al lado


Anoche se quedó dormido en el sillón viendo la tele y despertó a las 3 am.
Salió al patio a fumar un cigarrillo y miró el cielo negro y frío.
Tiró el pucho a la casa de al lado, el frío en los huesos era agradable después de un día de calor.
Respiró hondo, tragó sin advertirlo algunos espíritus errantes y se fue tambaleando a la cama.
Le costó un poco conciliar el sueño.
La verdad, le hubiera convenido penar de insomnio para siempre.

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