Mientras me hacía cortar el pelo y le daba indicaciones vanas al peluquero para que con sus tijeretazos hiciera crecer lo que se había marchado de mi cráneo hace tiempo y para siempre, entró una pareja mayor.
No era una pareja de viejos gays sino marido y mujer en sus 70.
Yo estaba dispuesto a soportar unas dignas entradas laterales, pero nunca la pérdida en el área central. Mi viejo es pelado temprano, mi hermano también. Yo voy para los 44 y todavía tengo pelo.
Si hay un lugar al cual la mujer no puede/debe entrar es a una peluquería de hombres. No me refiero a un salón de cuafer (voto por este galicismo) o estudio de estilistas (todos potos), sino a una peluquería de hombres.
Creo que voy a zafar de tener el pelo como Dwight de The Office, pero la amenaza está latente.
Aunque fueran una pareja increíblemente feliz (se los veía quererse) nada justifica que la mujer entre a la peluquería a ver como le cortan el pelo a su pareja.
La presencia de la mujer nos inhibió de continuar la charla de siempre. En una peluquería, señorasssssss, sépanlonnnn, los tópicos de coloquio son tres (y en este orden): Minas, fobal y autos.
El marido le pasó una revista del montón -en la peluquería de Cacho solo hay revistas con minas en pelotas- y se rieron cómplices.
Los imaginé copulando con las carnes fofas y grises y viejos y puaj.
Qué amor ni 8/4, el viejo es un dominado, un arrastrado, un cultor del siqueridismo, cómo es posible.
Viejo, tenés el pelo largo -deja el tejido y levanta los ojos por sobre los lentes de leer-.
¿Te parece que me lo corte? -se peina con los dedos frente al espejo-.
Y sí.
Bueno, voy a la peluquería.
Vamos.
¿Llevás plata?
Sí. Ponéle agua al perro.
Me cago, no pudo decirle, Al peluquero voy solito, mami.
Eso no es una vejez digna.
Y tener entradas en el centro de la calota, menos. Hair Recovery System. Siempre hay un system, malditos estructuralistas, Saussure, Ferdinand, tu signo es reputo.
Volvía caminando -no me voy a ir con el auto por tres cuadras- y vi un gato durmiendo en un rincón adentro de una casa.
No puedo creer que Dios haya concebido la vida animal para que devane sus días en sólo comer y dormir. El animal no entiende de esparcimientos y libre albedrío.
Los pájaros no vuelan porque les gusta volar, sino para buscar alimento, una vez saciados, duermen.
Los peces saciados duermen.
El león saciado duerme.
El gorila saciado duerme.
La hiena saciada duerme.
La musaraña saciada duerme.
La serpiente saciada duerme.
El murciélago saciado duerme.
Los insectos saciados duermen.
¿Qué hacemos nosotros?
Trabajamos y explotamos o nos explotan para conseguir comida (necesidades básicas) y una vez saciados dormimos la siesta.
NO.
La siesta solo en el interior, de 12 a 16 hs en verano y no se te ocurra tocar el timbre.
Aquí NO. Comé rápido y seguí laburando, boludo.
¿Para qué?
Saciate mal así buscás saciarte más y así engordás hasta que los pliegues de tu cuerpo obeso se derramen como la vela que se derrite.
Hay que bancarse la calvicie con dignidad.
Tampoco es una fuga capilar grave.
Pero ir con la mujer al peluquero me arruinó el viernes.