19/9/08

Informe definitivo sobre la Verdad


Honorable Consejo de Mayores:

Era apenas un muchacho ansioso cuando dejé el claustro en tiempos de la última dinastía que no supo que iba a serlo. A los pocos meses, también ignorante de ello, me embarqué la madrugada anterior al mediodía crucial.
De acuerdo con la educación que de vosotros recibí juré no hablar más que lo necesario para encontrar la Verdad; así he vivido durante esta centuria de peregrinaje. 
A la hora de confeccionar este informe puedo decir que he recorrido cada palmo del Mundo y que generalmente en los resquicios más improbables he hallado pistas que me conducían a la Verdad.
Estos indicios me daban nuevos ánimos cuando el hambre me debilitaba o el peso de los años demoraba mi paso.

(...) Debo agradeceros la amabilidad de los Mensajeros a lo largo de mi anábasis: más de una vez salvaron mi vida.

(...)

Así fui de Oriente a Occidente, de los Hielos al Desierto y del Desierto a los Hielos, conocí las más variadas gentes y sus costumbres. También sus creencias. De esto puedo decir que todos los sistemas de fe coinciden en los siguientes puntos que conducen unívocamente a la Verdad:

1. Las supersticiones, mal llamadas relig (aquí el párrafo aparece arrancado y la siguiente página es la que debería aparecer 47 páginas más tarde) 

(continuación, pág. 51) de los demás animales. Si bien la Verdad se manifiesta en aquellos que (la hoja entera está tachada, cada línea está pintada con una espesa tinta negra impenetrable a la vista. Ubicando la hoja a contraluz sería posible adivinar los caracteres pero ya es muy tarde)

(continúan las tachaduras, las ablaciones, los secuestros, las desapariciones clandestinas de las miles de hojas que forman parte del volumen) en los equinoccios es cuando mejor se aprecia y la gente toda sale a  
(...) telares con lanas multicolores 
(...) máquinas de guerra
(...) pandemias

(pág. 5902) ver el átomo desgranarse fue una de las cosas más (hoja desgarrada al medio)

(...) por causa de los escritores que han sido quienes alejándose más de Ella es cuando más se acercaron. Y nadie les hizo caso; nadie se dio cuenta.

(...) a través de los telescopios más poderosos. Sin embargo no tuvimos éxito, pero rescato este decálogo invariable del espacio que nos circunda (acercando el olfato a la página podemos inferir que toda la escritura ha sido cubierta por comida, pareciera pasta de arvejas. La doctora me dice que puede tratarse de excrementos. Humanos. O tal vez comida)

He escrito 92 volúmenes (90 están perdidos) de diez mil páginas para informarles cómo he gastado una vida -la mía- en busca de la Verdad.

Espero, Honorable Consejo, que hayan quedado satisfechos con mi trabajo.
En lo que a mi respecta haber conocido la Verdad me ha dado una profunda tristeza que no puedo perder ni dejar ir. Está conmigo en todo momento, inclusive antes de despertar.
Creo que es el precio que debí pagar.
Supongo que es justo.

Os ruego me reciban nuevamente en el Claustro hasta que pueda dar fin a mis días.

(El nombre del monje, a lo largo de los textos recuperados está borrado, tachado, cortado, removido con cuchilla o agujereado)



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja, todas las partes han sido "convenientemente" arrancadas para que no conozcamos jamás la verdad. Yo creo que si al pobre no lo vuelven a aceptar en el claustro, por lo menos podría mandarse a político :P

El Burgués Apóstata dijo...

transmu, una alegría tenerte por aquí nuevamente.

Anónimo dijo...

En realidad, los manuscritos quedaron destrozados cuando se produjo la explosión debida a la falla en la "màquina de dios" (no, si tengo la idea fija nomás)

El Burgués Apóstata dijo...

tufí, vas a abrir tu blog o no?

Anónimo dijo...

esta semana nos juntamos y me decis como se hace

El Burgués Apóstata dijo...

ok, tufí.
shamame y vemos.
el miércoles no estoy.