18/8/09

De la desafectación (signo de los tiempos)

Ella sale de la ducha y se envuelve en un toallón.
Inclina su cabeza hacia un costado para secar su melena oscura mientras con una mueca pícara se dirige hacia la cama donde él ya está saciado; presintiéndola se hace el que dormita. Ella entonces va hacia la ventana y espía la calle por las hendijas de la persiana de metal: ha vuelto el frío, lo ve en los gestos de la gente.
A medio vestirse lo sorprende cuando abría un ojo para ver qué estaba haciendo; se desnuda otra vez y salta sobre él.
Forcejean, ella le mete las manos mientras él trata de zafar haciéndole cosquillas hasta que finalmente lo logra.

-Basta, se me hace tarde.

Va hacia la silla y comienza a abrocharse la camisa. La mira despatarrada sobre la cama, el pelo negro revuelto, el tatuaje bajo el ombligo, la juventud le sostiene el cuerpo, le tensa la piel, a pesar de la flacura (él sabe que no come todos los días).
Sin decir nada él se lamenta confirmarse bastante gris también en estos espejos.

-Cómo andás de guita -le pregunta y ella encoge los hombros como minimizando. Saca dos billetes de cien de su pantalón y se los da. Todavía desnuda los hace un bollo y aprieta fuerte en una mano mientras se arrodilla ante él con la mirada entre sumisa y lasciva.

-Levantate -le ordena sin alzar la voz-, no quiero que me agradezcas así.
-Decime qué... cómo querés... digo, quiero agradecértelo de algún modo. Siempre sos tan bueno conmigo que...

Él detectó un conocido brillo en sus ojos, como acuoso, a punto de, incondicional, de verdad, pegajoso, peligroso y trastabilló: al final le pasaba lo mismo con todas; no le salía de otro modo, siempre al revés, él que quería hacer como todos: salir limpio para la próxima y sin embargo no; y después era un drama, un dramón. Tal vez ya era demasiado tarde, pero de todos modos se lo dijo (mal).

-Si querés agradecérmelo, entonces, no te enamores nunca de mi.

Minutos más tarde él la dejaría en la parada del colectivo congelándose con una sonrisa, los ojos aquellos y la mano diciendo chau.
Él le contestó con un toque discerto de bocina y se alejó. Fue doblar la esquina y no verla para poder a respirar aliviado.

Al menos hasta el próximo encuentro.

8 comentarios:

Mr. Arturi dijo...

Muy bueno, BA. Posteá más de estos relatos, muy interesantes.

El Burgués Apóstata dijo...

arturi, vos creés que me salen así como así, como la deposición diaria con activia; pero no: mis musas me niegan sus favores desde que debo varios meses de alquiler.

Tufí Memé dijo...

Muy bueno BA, que siga la inspirción. No le pagues a las musas tampoco así vuelven aunque sea a querer cobrar.
Aprovecho para pasarte el chivo de la obra de teatro que dirige mi chica: es "A proposito del tiempo" de Gorostiza los sabados 22 y 29/8 a las 21 en el teatro El Colonial (Paseo Colon 413)

El Burgués Apóstata dijo...

tufí, querido!
ya te paso el chivo en postttttt.

tantelli dijo...

Estos días veía en canal AXN la propaganda para un concurso de cortometrajes. Dice algo así como que "en cualquier lado puede surgir una buena idea y esa se puede convertir en un buen corto".
Acompañan el aviso con algunos ejemplos, que la verdad...si eso son buenas ideas...
Digo yo, no habrá algún joven cineasta que pudiera plasmar la idea de este post en un corto?... o recuerdo también "On to peep show"?

El Burgués Apóstata dijo...

me alegro que te haya gustado el cuentillo.
debería revisar todos las cuentos publicados hasta ahora y tal vez agrupar los de esta temática; creo que hay más de dos (pero la verdad me da pajón buscarlos).
me parece más hermano que "onto peep show", "alka-seltzer sunrise".

tantelli dijo...

Tengo una conocida que estudia dirección de cine y siempre está buscando temas para hacer cortos (ya hizo varios). Le gustan los temas así, con algo de oscurelli, no boludeces de maripositas y florcitas. Porai, si querés, un día se le podrían mostrar un par de ideas...

El Burgués Apóstata dijo...

seguro, gracias!