5/2/08

Cómo conseguir lo que se quiere


Cuando se quiere algo de la vida, generalmente se elije alguno de estos caminos:

1. Sentarse a esperar a que ocurra.

2. Hacer votos a Dios y/o los santos y/o los santos evangelios, a la energía universal coadyuvante, la Fuerza de "La guerra de las galaxias" y similares.

3. Salir a buscar aquello que se quiere con insistencia frenética, ansiosa.

Resultados de cada elección:

1. Confiar los resultados al azar de modo pasivo puede, en términos de tiempo, costar la vida. Frase favorita de los que transitan esta vía: "Si debe ser, será y si no, no".
Generalemente, estas víctimas son gente que no necesitan nada (eso creen) o meros cagones.
Y ya sabemos, el cobarde no merece ni el olvido.

2. Personalmente, no creo en esta alternativa: el hombre rige su propio destino, y la religión es una excusa para justificar tanto la concreción del deseo como su fracaso. Frases favoritas de estos individuos: "Dios obra en caminos misteriosos", "Si Dios no lo quiso por algo será".
De algún modo, esta vía está emparentada con la nº 1, sólo que no se los puede acusar de cobardes sino de creyentes fervorosos.

3. Buscar constantemente que el deseo se materialice impulsado por la obsesión y ansiedad (ambos, gruesos músculos anbolizados que mueven la voluntad con gran fuerza y velocidad hacia el abismo), da como resultado, en caso de las muchachas temerosas de la soltería, pescarse alguna peste producto de besar insistentemente sapos, ranas y otros anuros de cualquier jardín. O también, las que quieren preñarse y no quedan a pesar de revolcarse 30 veces diarias, inseminarse artificialmente, etc.. Recién les prende después de darse por vencidas y adoptar.

Se justifica este accionar diciendo que si no se hace nada, nada acontece. Si bien salir a buscar es una actitud que implica cierta valentía, forzar el acaecer lo echa todo a perder.
La obsesión, como dice la lic. Lützeler, en estos casos (en realidad, en todos), actúa como un bloqueador, un imposibilitador de materialización del deseo. El resultado es la frustración, que se recuesta en la depresión, los fármacos y el diván eterno.

En mi caso, buscar ser publicado intentando concursar en cuanto premio suculento ocurra, dar a leer mi obra a personajes que pueden provocar la edición y un contrato con solo mover un dedo, me produjo cierta obsesión, la cual natural e indefectiblemente hizo su inmaculado trabajo: la no concreción de mi deseo.

Cuál es, entonces, la solución?

Como siempre, la originalidad no existe (al menos en mi caso), pero sí existe el darse cuenta de las cosas, que lleva asociado una puesta en práctica. Yo me considero un buen teórico, pero un pésimo pragmático, y así y todo resolví: dejar que las cosas ocurran a su debido tiempo, pero sin perder de vista el objetivo. Dejar el deseo en guardia, latente, como un destino en el horizonte hacia donde apunta la brújula. Es seguir construyendo el camino hacia la concreción, puesto que la concreción del deseo no es un momento, sino la suma de los hechos que la han construido.

Hay que estar alerta.

El deseo hay que inseminarlo.

Es hacer un gasto mínimo pero suficiente, como comprarse una rifa y guardarla en un cajón, en una de esas te llaman diciendo que ganaste. Y si no ganaste, jugás la próxima.

Te das cuenta? Al final, la vida es un juego.

Y yo, lo que debo hacer es seguir escribiendo.
(che, no anda por ahí alguien que me quiera publicar? eh? che, pst, dale, que lo parió...)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusto mucho tu post pero no me queo muy claro una cosa: si crees que se debe mantener latente el deseo o el objetivo y esperar el momento perfecto para que se realize podrias quedarte esperandolo por siempre como bien dices es como una loteria o algo asi, yo pienso que la pasciencia es un gran aliado y la concentracion en el objetivo es tener el 50 por ciento ganado creo tambien que hay que actuar con inteligencia superando obstaculos y levantando nuestro objetivo por encima de las adversidades y no dejarlo caer y para esto se necesita mucho convencimiento de que ese objetivo o deseo se quiere REALMENTE , esa conviccion seria el otro 50% . no creo que sea muy facil convencerse a si mismo de ciertas cosas y concentrarse en eso pero si alguien lo puede hacer todos podemos!!! :D

El Burgués Apóstata dijo...

creo en, por un lado, no perder de vista lo que se desea, sin obsesionarse, como un destino de viaje a llegar, y por el otro, como bien decís, estar convencido realmente de lo que se quiere.

estoy de acuerdo, y lo digo en el post, lo más difícil es la praxis.

saludos!

Anónimo dijo...

Me gustaron las tres versiones del que quiere algo y sus consecuencias. Es cierto, pero me da mucha pena observar que todos nos ponemos objetivos futuros como metas, pequeñas fantasías para dar sentido a la existencia de un ser (el humano)infinitamente estúpido.
Gracias de todas formas por hacerme reír un rato

Unknown dijo...

Como para casi todo en la vida, tenemos algun refrán. entonces podríamos decir que para la suma del segundo y tercer punto tenemos dos dichos de cabecera: A dios rogando y con el mazo dando, y Al que madruga, dios lo ayuda. En cambio la primera opción se rige por la ley del No por mucho madrugar se amanece más temprano, (dado que va a madrugar cuando deba ser, ni antes, ni después) o también el preferido del patillas Nadie muere en la víspera.
yo, que también escribo, ya me he preguntado qué sentido tiene el escribir si no se publica y ya me he respondido que es posible que jamás viva de escribir, pero qwue indudablemente (y literalmente) escribir me mantiene viva, así que me quedo con el más sencillo Al césar lo que es del César y a dios lo que es de dios. o sino, como decía el General, Cada cosa en su medida y a su debido tiempo. y entonces yo escribo lo que me revienta el pecho, justamente para que no me reviente (y no estoy hablando de implantes siliconados) y cada vuelta de calesita trato de atrapar la sortija, porque es genial atrapar la sortija, sentirse el elegido de los hados pero me recuerdo, cada día, que subo a la calesita porque me gusta el juego, el paseo y la música y no para atrapar la sortija, porque sino, si uno solo sube por eso de ganarle al calesitero el juego deja de ser lo que es y se vuelve un engranaje patético y aterrorizante, con unos fantoches de madera y alambre que gira sobre sí mismo en movimiento perpetuo para no ir, en definitiva, a ningún lado. sin embargo, qué linda es, también la ilusión de atrapar la sortija! y qué linda es sentirla, metálica, fría y triunfal, apretada en la mano@!beso. flavia