Mía y mía (dialogismo especular alterado)

Mirate bien al espejo.
Cómo es posible que seas semejante perdedor.
Sí, a vos te hablo, que tu mamá te vestía raro y tus compañeros de escuela cagándose de risa.

Nunca tan cerca, tan lejos.
En medio de tres tipos que se la quieren levantar y vos metido aquí adentro.
Ya te mandaste dos líneas largas, acaso necesites una tercera. Y por qué no una pastita.

-Noc noc, ¿ey, falta mucho?

Limpiate el polvo que te quedó en la nariz, respirá hondo, ¡valor, cagón!, mandate la otra y hacete un buche, ella te espera, mentira, no te espera nada, el rubio alto con moto, más alto que vos se la está llevando, ella ya no le presta atención a los otros dos, esta noche va a ser él el que se meta entre sus piernas, no vos, y mirá que esperaste tanto este día, esta noche, esta madrugada.

-Noc noc, ¿estás bien?
-Ya va... ya va...

Porque te dijo "hola, Paula" no te animás a salir y ella está allá, jugosa.
Arreglate el pelo, ¿querés vomitar?, dale marica pero después mascá el chicle que tenés en el bolsillo, aunque seguro que ya es tarde, mojate la cara, parecés un boludo, sos un boludo, te tiembla todo, a que te caés, papelón, cuanto más tarde más difícil, hace un rato hubieras tenido alguna chance remotísima, pero ahora...
Ponete los huevos de una vez y salí a buscarla, es tuya. Las mujeres solo pueden tener dueño. Eso, inflá los pulmones y borrá es sonrisa idiota de tu cara.

-Noc noc noc noc, ¿pero se puede sab...
-Uy, perdoname, eras vos, ¿te lastimé con la puerta?, estás sangrando, pasá al baño, pasá que te ayudo a...

Para que veas, lo tenía planeado. No soy ningún imbécil. Ahora es toda, pero toda mía... y mía.