7/4/08

Kybalión


Hace un mes, el gran Trismegistus anunció para esta noche su última presentación en público.
Ha dicho que llevará a cabo una proeza de tal magnitud que no existe teatro que la pueda contener; por ello, la misma se producirá en la plaza mayor, 15 minutos antes de la medianoche y la asistencia será gratuita para todo el Pueblo.


Iniciador en los misterios de la ciencia divina y la sabiduría que da vida al Mundo; maestro de Pitágoras; alquimista; profeta sin rostro; autor de los jeroglíficos y un libro mágico perdido para siempre en los fuegos de la biblioteca de Alejandría, el gran Trismegistus será visto esta noche por última vez donde prometió desplegar su máximo poder.


Faltando 15 minutos para el nuevo día, el gran Trismegistus apareció de la nada sobre el escenario circular sin bambalinas, vacío, suspendido por tres postes que se elevaban a seis palmos sobre la muchedumbre.

Enterados de la noticia, miles de extranjeros viajaron desde lugares remotos para presenciar el último prodigio del gran maestro y mago.


Ahí está, es él, la ovación conmueve los cimientos de la ciudad, pero él está imperturbable, como una hoja derivando en un estanque calmo.
Hace un ademán y los millones de personas se someten a un silencio hermético.

El gran Trismegistus va a hablar.

Esta noche, cuando el campanario dé la medianoche realizaré mi último gran prodigio y en tanto se avecina el momento quiero que conozcan los siete principios de mi sabiduría, aunque revelaré el primero, y no menos importante, hacia el final:

Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.

Nada está inmóvil.

Todo tiene dos polos; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.

Todo fluye y refluye; el ritmo es la compensación.

La suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; nada escapa a la Ley.

La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino.


Dicho esto, las primeras campanadas comenzaron a oírse y el gran Trismegistus prosiguió:


Muchos han presenciado mis famosas desapariciones. Sepan que no han sido ilusiones, ninguna, ni siquiera la del palacio de mármol y oro del visir, tampoco la de la Selva Impenetrable del Oriente ni la del río Demónico; aunque sí -debo confesar- las correspondientes a aves y objetos menores.

Pero esta noche, la última, ahora que faltan unas pocas campanadas para el próximo día, les digo que haré desaparecer al Mundo.

La muchedumbre entró en pánico sin saber a dónde huir mientras el gran e impertérrito Trismegistus, como si de sus palabras saliera fuego, regresaba el conteo:


... tres, dos, uno, el Universo es mental.














14 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhh, Hermes Trismegistus, otro de los alter ego de Jenofonte Weissenstein...

El Burgués Apóstata dijo...

nuestro jens es el tres veces grande? alter ego o heterónimo?

Anónimo dijo...

Reclamazione dello corresponsale Melandri:

Ponga un relogito má bonito, estilo swiss bundesbahn, que se ve bien la hora, y no se deje deslumbrar por las luces, a todas luces engañosas.

Quién es santos farfán?

El Burgués Apóstata dijo...

yo creía que eras vos, melandri.
así que querés otro reló.
decime por qué te hago caso.

Anónimo dijo...

Se que mi pedido es absurdo, lo del relos, pero soy analógico y de una generación chapada a la vieja usanza, el reló de manecillas me hace ver el tiempo de un modo más "espacial", más tangible. Y bueh, cuando navego, paso por su blog a ver la hora, es por eso que lo visito seguido, y disculpe si molesto...

El Burgués Apóstata dijo...

sabés qué pasa, los relojes que hay son todos una bosta.
no tá el de la estación.
ahora puse este más grande para que veas bien la hora sordo-ciego.
che, pepe galleta dice que vos y el herr professor son monstruos.

Anónimo dijo...

Quién es pepe galleta?

El Burgués Apóstata dijo...

pepe galleta, lúnicoguaponcamiset.

Anónimo dijo...

Me halaga profundamente que me identifiquen con el Maestro, evidentemente mis clausuras en Odenwald han dado sus frutos.
Pepe Galleta se hace el guapo a la distancia. Que se ponga corbata si quiere hablar conmigo.
Me ofende, querido Burgués, que regale a troche y moche corresponsalías. Eso es el acabose.
Con respecto al relós, fijesé si no hay un por allí un modelo tipo Yaquer, pur la minorí. Para el Arquitecto, quizá el modelo infantil, con la aguja de gusanito.

Atte.
Prof. Weissenstein

El Burgués Apóstata dijo...

herr professor!
lo de regalar corresponsalías fue una mojada de oreja para que ud o melandri escriban al menos una columna de opinión sobre lo que quieran. hasta ahora uds. sólo han hecho comentarios a los posts como cualquier son of neighbour.

Anónimo dijo...

Aquí tenés más relojes:

http://www.relojesflash.com/

Coincido con el Herr Proffesor, que pepe galleta ponga la cara. No vaya a ser que pretenda usurparnos nuestras corresponsalías y dejarnos como meros comentaristas.
Herr Proffesor, le propongo una alianza estratégica, una tregua en nuestra lucha para poder concentrarnos y no dejarnos serruchar el piso, a lo mejor de yapa nos QUEDAMOS CON EL BLOG!!!!!

Y CONQUISTAREMOS EL MÜNNNNDO!!!!

Tenés una Defender o empresa?

El Burgués Apóstata dijo...

ahí tá melandri, te gustó el reloj, bebé?

Anónimo dijo...

El reloj es el más potable, pero yo hubiera elegido otro, aquel que no tiene números, que el cuadrante es simplemente el fondo, el papel en blanco. De ese recibimos solo la información necesaria (la hora). Me extraña de usted, que utiliza el soporte como parte del texto, no se haya avivado.
Que buen blog éste, donde los lectores pueden customizar algunas cosas.

El Burgués Apóstata dijo...

melandri, coincido en que sos un rompiscattole.
el reloj es ese porque sin los numeritos me pierdo.