1/3/08

Cuentos que me contaron y me hicieron reir mucho II


Clavos Martínez


Sentados en la sala de reuniones de la agencia publicitaria, de un lado el cliente y del otro los directivos de la agencia, escuchan la presentación de la campaña publicitaria de boca del director creativo quien desvela un modelo a escala del cartel destinado a la vía pública, una gigantografía de 20 metros de alto y otro tanto de ancho.


El contenido del cartel era un Cristo crucificado, con la cabeza gacha, ya muerto. La leyenda del aviso decía: "Clavos Martínez, clavos para toda la eternidad."


Mientras los directivos de la agencia aplaudían enfervorizados, el cliente quedó en estado de shock y luego preguntó, No les parece que el mensaje es un poco fuerte, digo, no creen que tal vez si, Si qué, don Martínez, si qué, le preguntaban atónitos los publicitarios, No sé, busquemos otra cosa, tal vez si hacemos un aviso para televisión, Ni una palabra más, la semana que viene vuelva aquí que le tendremos preparado un spot.


Tal lo prometido, todos reunidos en el microcine, con gran expectativa, los creativos y don Martínez con sus gerentes, las luces se apagan y se da comienzo al comercial.

Sobre la tierra polvorienta aparece la silueta de un hombre ensangrentado corriendo cubierto tan sólo por un taparrabos y una corona de espinas, es, sin dudas, Cristo. Detrás de él una turba que lo persigue vociferando e imprecando. La cámara hace un plano corto sobre dos soldados romanos, lanza y pilum en mano, uno le dice al otro, Te dije, te dije, le hubiéramos puesto clavos Martínez y no se nos escapaba.


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